Sanidad en el conejar

Es importante mantener la sanidad en la granja de conejos.

Sanidad salud de los conejos





Para lograr un máximo rendimiento de la explotación cunícola es de fundamental importancia mantener las condiciones sanitarias en continuo control y profilaxis adecuados. Los conejos son animales propicios a numerosas enfermedades y afecciones -en la mayoría de los casos, altamente contagiosas-, de manera tal que pueden diezmar la población de un conejar si el manejo no es cuidadosamente vigilado.

Mencionaremos los principales males que suelen atacar a estos mamíferos; pero en primer término, describiremos al animal sano para tener claro el panorama al detectar conejos enfermos.




Un conejo sano es sensible al hábitat en que se encuentra: no manifiesta trastornos; come continuamente; no estornuda ni tose; su pelo se muestra siempre limpio; sus heces tienen forma de pequeñas pelotas, secas y concisas; la piel no presenta granos ni cascaritas. Sus movimientos son armónicos, seguros y libres, sin ningún tipo de dificultad cualquiera sea el tipo de crianza que tenga (solo, en grupos, en el exterior o interior, en conejar, etc.)

Como en todos los animales, las afecciones se perciben a través de síntomas. A continuación, encontrarán un listado con los más importantes síntomas de enfermedades del conejo.





  • Menor consumo de alimento.
  • Narices sucias y pegajosas.
  • Caída del pelo.
  • Abscesos, inflamaciones, por encima o debajo de la piel.
  • Cabeza inclinada.
  • Deyecciones blandas o diarrea.
  • Respiración dificultosa, tos, estornudos.
  • Pérdida de peso.
  • Mamas inflamadas o hinchadas (fuera de su contexto normal).
  • Ojos llorosos.
  • Daños en los genitales.

Y suelen estar originados por:





  • Maltato.
  • Falta de higiene.
  • Alteraciones hereditarias.
  • Mala alimentación.
  • Alimento defectuoso y/o con mucho polvillo.
  • Instalaciones no apropiadas o averiadas.
  • Deficiencia del manejo.
  • Intoxicaciones.
  • Contagios por hongos, virus, bacerias, etc.
  • Lesiones y/o heridas mal tratadas.
  • Falta de ventilación (aún por el mismo olor de su orín).
  • Estrés (Causado por ruidos, sonidos a altos volúmenes).
  • Excesivo calor.
  • Frío (especialmente si son crías de corta edad).

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