Gigante de Flandes
Probablemente descendiente de conejos de la Patagonia argentina, trasladado a Europa en los siglos XVI y XVII.
Es un animal más grande que el conejo doméstico común, llegando a pesar alrededor de 6 kilogramos en promedio y, en casos excepcionales, hasta 10 y 12. Tiene un tronco muy arqueado, de masa muscular destacable, especialmente en las patas traseras.
Puede ser de color negro, azul, blanco, gris, siendo el mas valorado el pardo o tierra. Su característica más importante, que le confiere la preferencia de los criadores, es el rápido desarrollo, alcanzando su máximo tamaño a las siete semanas.
Con gran capacidad de aprovechamiento de forrajes, resulta un animal económico de criar. Sin embargo, por su gran tamaño necesita alojamientos especiales: Jaulas de dimensiones mayores a las habituales y pisos duros, para soportar el peso, cubiertos de viruta de papel. Se lo cría más como mascota que por su producción cárnica, ya que la carne es fibrosa y de menor valor que la del Neocelandés. También es uno de los elegidos para la cruza con otras razas cuando se busca aumentar el tamaño de la camada.